Cliente :
Arquitectos:
- Castroferro Arquitectos
- María G. Ferro
- Jordi Castro
- Joana Covelo
- Jacobo Pérez
- Ana Blanco
- Alba Teiga
Instalaciones:
Mediciones:
- Ádega da Costa
Constructor:
Fotografías:
Fecha Finalización:
- Octubre, 2017
Presupuesto:
- 1.140.000 €
Sobre el proyecto
Después de los años vividos por este país, una de las tareas que queda pendiente es la redefi nición de numerosos edifi cios que quedaron en un estado de limbo, acercándose a ser considerados una suerte de ruinas modernas.
Este edifi cio en el que debemos actuar tiene esa plena condición.
Una antigua y frágil nave de rederos construida en 1.970 con proyecto del Ingeniero Joaquin Pérez Bellod decidió convertirse en el año 2.010 en un edificio dedicado a restauración y museo.
Fue sometida a una fuerte intervención donde se eliminó todo resto de sus fachadas originales. En su zona norte, acompañando a la demolición del cerramiento, se construyen cuatro vuelos metálicos anclados a la esbelta es-tructura original. El resto de fachadas también son demolidas y materializadas con una composición netamente opaca con acabado cerámico de tono gris, alejando por completo la retícula vidriada que originalmente daba imagen a la nave de rederos.
Dicha obra de acondicionamiento se paraliza y es con estas bases con las que, una década después, se deciden reiniciar los trabajos.
Con esta situación de partida, y teniendo en cuenta el uso que le va a ser asignado de Ofi cinas de uso Marítimo-Pesquero, la propuesta de intervención ahonda en una ordenación interior de la nave que permita la ocupación secuenciada de los diferentes espacios destinados a ofi cinas, contando con unas zonas comunes de servicios que permita romper la linealidad del pasillo de acceso a las misma.
Los dos accesos principales a la edifi cación son tomados como un lugar de recepción del edificio mostrando su antigua y rotunda estructura de hormigón armado en doble altura que recibe al usuario o visitante acompañando de un amplio ventanal con esas vistas hacia el puerto pesquero de Vigo.
El doble acceso permite estructurar los usos para que uno de ellos, sirva única y exclusivamente a las ofi cinas y el otro, de acceso tanto al ITF (Federación internacional de Trabajadores del Transporte) así como al Centro de Apoyo al Marino, cuyo uso es completamente independiente del de las oficinas propiamente dicho.
Así, en planta baja, por un lado se resuelve un área de acceso y 7 ofi cinas de una superfi cie que ronda los 50m², y por otro lado el área destinada al ITF y en planta alta, se resuelven el resto de oficinas y el Centro de Apoyo al Marino.
MATERIALIZACIÓN DEL EDIFICIO
Ha resultado este uno de esos proyectos donde se debe tener la premisa presente de tratar de hacer del defecto una virtud. Tratar de gestionar en apoyo del edifi cio los trabajos previos efectuados. Es por eso que, manteniendo el antiguo aplacado cerámico gris, se redefi nen los huecos horadados sobre estas las fachadas opacas, tratándolos como recortes en las mismas y forzando así el contraste con la fachada hacia el mar que se trata como una fachada vidriada simplemente tamizada con una secuencia de cartelas acabadas en grafi to buscando una relación de defi nición de una plaza de agua de la ciudad en conjunto con el colindante edificio de A Laxe.
En el interior, se busca una exaltación de la estructura original de hormigón armado, constrasta con toda la tabiquería de roble que busca dotar de la confortabilidad adecuada a las ofi cinas que alberga.